Iglesia parroquial de San Babil

La iglesia parroquial de San Babil, situada en Los Molinos de Ocón, constituye uno de los ejemplos más interesantes de la arquitectura religiosa del Valle de Ocón. El templo combina mampostería, sillería y ladrillo, y se organiza en una sola nave de tres tramos, cubierta con bóvedas de lunetos apoyadas sobre arcos rebajados, lo que le confiere un interior unitario y luminoso. En el brazo sur del crucero se abre una capilla especialmente notable por su cubierta: una elegante bóveda de crucería estrellada con combados curvos, muestra del gusto por las formas complejas de la transición entre los últimos ecos góticos y las soluciones modernas del siglo XVII. Estas obras se fechan hasta 1615 y se atribuyen a Martín de Alzaga y, con anterioridad, a su padre Juan, artífices fundamentales en la configuración del edificio. Algunas partes, como la torre, corresponden ya a finales del siglo XVIII, introduciendo un lenguaje constructivo algo más tardío en el conjunto. En origen, la iglesia contó con un coro alto a los pies que no se ha conservado. El patrimonio mueble del interior tiene especial interés. El retablo mayor, realizado hacia 1756 por Manuel Adán, es una pieza rococó de gran presencia visual, en la que se integran relieves de tradición renacentista e imágenes romanistas, mostrando así la superposición de estilos y épocas característica de los templos rurales riojanos. En el lado de la epístola se conserva además un retablo de menor tamaño, probablemente obra de Pedro Ribafrecha hacia 1644, que completa el recorrido devocional y artístico del templo. En su conjunto, la iglesia de San Babil en Los Molinos de Ocón es un testimonio vivo de la evolución artística entre los siglos XVI y XVIII, y un elemento clave para entender la historia religiosa y cultural del Valle de Ocón.